Una importante participación tuvo el académico de la Universidad Técnica Federico Santa María durante una sesión ordinaria de la Comisión de Futuro, Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Cámara de Diputados, en la que se discutieron los avances del proyecto de ley que regula los sistemas de inteligencia artificial.
De esta manera, el académico de la USM, Doctor en Ingeniería electrónica, Jorge Portilla, fue invitado a dialogar con los parlamentarios. Durante la reunión, compartió su visión sobre el alcance de la ley, así como sus fortalezas y debilidades, basándose en la experiencia investigativa desarrollada por la casa de estudios.
“Existe una categorización acorde de los sistemas de IA según su nivel de riesgo, lo que es una fortaleza de este proyecto”, aseguró Portilla, añadiendo que también es positivo respecto del mismo el hecho de que esté basado en la experiencia legislativa de la Unión Europea, que a comienzos de este año estableció una serie de normativas sobre el uso de las nuevas tecnologías.
El Dr. Portilla es parte del Doctorado en IA ejecutado en consorcio Cruch Biobío-Ñuble, y que se enmarca en el proyecto FIC “Capital Humano Avanzado en Inteligencia Artificial para el Biobío”, financiado por el Gobierno Regional del Biobío. En ese sentido, el académico destacó las dos líneas estratégicas principales del Doctorado en Inteligencia Artificial , enfocadas en la conversación entre la IA y la sociedad, y ciencia basada en la IA. “Es importante el trabajo interdisciplinar, sobre todo cuando se trabaja con profesionales de otros países que ya cuentan con una regulación clara”, destacó el académico.
El especialista que fue en representación del programa de Doctorado en Inteligencia Artificial resaltó que para aquellos investigadores cuyo campo científico está relacionado al desarrollo de aplicaciones o instrumentos basados en IA potencialmente comerciales, es crucial que las regulaciones no estanquen los procesos innovadores de la ciencia . “Debe haber un equilibrio para que estas regulaciones no frenen los avances y las investigaciones que se realicen en ámbitos académicos”, sostuvo Portilla, añadiendo que “la regulación es un paso necesario para Chile como nación que permitirá avanzar en todos los ámbitos, no solo educativo, sino que también comercial y científico”.
Puntos relevantes
Otro de los invitados por la comisión fue el codirector ejecutivo de la ONG Derechos Digitales, Juan Carlos Lara, quien destacó que los riesgos de las IA, en muchos casos, ocurren, no por fallas del sistema, sino que porque los sistemas funcionan precisamente “como deben funcionar”. En ese sentido, el experto recalcó la necesidad de detallar aspectos de resguardo para los trabajadores ante la posibilidad del reemplazo de los mismos por sistemas tecnológicos.
Ante la exposición, los parlamentarios que forman parte de la comisión aprovecharon la instancia de realizar las preguntas pertinentes y dirigir la conversación en torno a aspectos importantes como el uso ético de la tecnología o las posibilidades de coartar las libertades individuales a través de la misma. El presidente de la comisión, el diputado Eric Aedo, consultó: “¿es posible desarrollar un tipo de parámetros que aseguren la libertad de las personas con la IA o este tipo de tecnologías es por defecto totalitario?”.
En respuesta a la interrogante, Portilla aseguró que “desde un punto de vista técnico, el desempeño de los sistemas de IA depende altamente de los datos. En algunos casos, en el afán de tener un modelo lo más exacto posible, se quiere obtener información por medio de vías que no siempre son las apropiadas o más éticas. Esos sesgos van a depender de la forma en que se entrenen los algoritmos de IA. Generalmente, las aplicaciones relacionadas a los sistemas de IA se sitúan en la intersección de distintas disciplinas científicas”.
Por su parte, el diputado Johannes Kaiser, presente durante la sesión, aseguró que “los programas tienen sus propias vías y están influenciados por los lineamientos culturales, religiosos, filosóficos de sus programadores”, y se mostró preocupado por el uso inadecuado de estas tecnologías en razón de un control por parte del Estado hacia los ciudadanos.
En ese aspecto, el académico sostuvo la necesidad de que exista una constante conversación entre los profesionales de las distintas disciplinas que permiten el uso y creación de mecanismos inteligentes y que, de la misma manera, las leyes se adapten a estas tecnologías. “El desafío de nosotros como seres humanos es comprender su funcionamiento y tomar estas decisiones”, concluyó Portilla.