En el marco del Día Internacional de la Mujer, es fundamental destacar el rol de las mujeres en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. A pesar de los avances en equidad de género, los desafíos persisten y requieren esfuerzos continuos para garantizar una mayor inclusión en estos campos. Académicas del Doctorado en Inteligencia Artificial (DIA) reflexionan sobre el impacto, los retos y la necesidad de seguir impulsando la participación femenina en la investigación y la innovación.
La Dra. Carola Figueroa, Doctora en Informática y académica de la Universidad del Bío-Bío y del DIA, resalta la importancia de la participación femenina en el avance científico y tecnológico. “El impacto de la mujer en la ciencia y la tecnología es fundamental, ya que su participación aporta diversidad de perspectivas, impulsa la innovación y contribuye a resolver problemáticas globales con enfoques más inclusivos. Sin embargo, aún enfrentamos desafíos como la brecha de género, el acceso equitativo a oportunidades y el reconocimiento del trabajo de las mujeres en estos campos. Es clave seguir fomentando espacios de inclusión, mentoría y políticas que permitan una mayor equidad y visibilidad para las futuras generaciones de científicas y tecnólogas”, señala la investigadora.
Si bien las barreras de género en la educación han disminuido con el tiempo, los estereotipos aún influyen en la elección de carreras por parte de hombres y mujeres. La Dra. Daniela Mennickent, Licenciada en Bioquímica, Doctora en Ciencias y Tecnología Analítica, y académica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y del DIA, reflexiona sobre este fenómeno: “En muchas ocasiones, en edades tempranas, hay estereotipos que determinan qué estudian finalmente los hombres y las mujeres. Esos estereotipos han ido cambiando con el tiempo, pero todavía hay tendencias marcadas. Un desafío importante es seguir promoviendo que tanto hombres como mujeres puedan ser científicos desde tempranas edades. Se han implementado programas, libros y actividades para motivar a las niñas a estudiar carreras científicas e ingenierías, donde antes estaban menos representadas”, explica.
Uno de los mayores obstáculos para las mujeres en la ciencia es la conciliación entre la maternidad y el desarrollo profesional. “Muchas veces, las mujeres que son madres sienten que deben escoger entre la maternidad o su carrera académica. Este evento biológico y cultural impacta su productividad científica y, por ende, su currículum, generando una desventaja en la competencia por fondos de investigación. Sin embargo, distintas entidades han abordado esta problemática buscando nivelar la cancha, lo que representa un avance importante”, señala la Dra. Mennickent.
Si bien se han logrado avances en la equidad de género en la ciencia y tecnología, las académicas coinciden en que aún hay trabajo por hacer. La promoción de políticas de inclusión, el reconocimiento del trabajo femenino en la investigación y el fortalecimiento de redes de apoyo y mentoría son claves para seguir cerrando la brecha de género en estos campos.
El Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para reflexionar sobre estos desafíos y reafirmar el compromiso con una ciencia y tecnología más equitativas, diversas y accesibles para todas las personas.